Al principio era divertido lo de no tener que ir al colegio, pero luego nos aburríamos en casa... Los profes también trabajaban mucho y nos decían que mandáramos el trabajo por Rayuela, por Scholarium, por Gmail, por Classroom, por Whatsapp...qué se yo...
Fue entonces, cuando nos encargaron hacer un dibujo de un arco iris con el mensaje "Yo me quedo en casa", así que lo hicimos, porque era muy importante no salir a la calle para no contagiarnos del virus. Por supuesto, los abuelos de la Residencia San Antón y nuestros amigos de Plena Inclusión también participaron, y nos quedaron muy bien.
Y llegaron las vacaciones de Semana Santa, y era raro porque como no podíamos salir, era como si no fuesen vacaciones... Y así nos quedamos... esperando a que el virus se muriera con el calor o con lo que fuese. Lo que sí recuerdo es que me apetecía ir al colegio, ver a los profes, estar con mis compañeros, jugar con ellos a la hora del patio... Este virus había venido para trastocar nuestras vidas, y para que nos diéramos cuenta de que estábamos mejor yendo al colegio todas las mañanas que en casa aburridos viendo la tele...